29 diciembre 2011

Balances

 
Creo que ya se convirtió en una costumbre de la humanidad en que, al finalizar el año, se realiza un balance de lo ocurrido en los pasados 12 meses, una especie de autoevaluación en la que lograrías ver qué tanto retrocediste o avanzaste de acuerdo a los propósitos que te hiciste el año pasado. Hay quienes hacen una lista, quienes la visualizan en su mente, quienes simplemente la realizan dos minutos antes de que el reloj de la primera hora del año que llega, pero de alguna forma toda persona se sumerge en ese ritual un poco ilusorio que te hace pensar en cuánto se hizo en el año, y si realmente fue un año provechoso o fue otro que se suma a los tantos muchos fracasos que creemos poseer.

La pregunta se haya en ¿por qué hacerlo hasta último momento? Es decir, si siguiéramos el calendario chino deberíamos estar en plan de realizar nuestra lista de propósitos para el próximo Marzo, no para el final de esta semana. ¿Qué es lo que motiva a que siempre estemos dispuestos a alcanzar el final de algo para repasar en aquello que hacemos o no? ¿Es la emoción de la evolución del año? ¿La ansiedad de saber si algo cambiará? ¿El tan esperado fin del mundo? ¿Cómo saberlo? Es simplemente una dosis de adrenalina, inyectada por la tradición y la sociedad, que nos hace más ansiosos y menos perceptivos, pero que logra que ese último instante del año sea memorable, y para muchos, especial.

Balances. ¿Qué debe tener un balance de año, entonces? Muchos hablan del balance financiero y emocional, “gané más o menos dinero que el año anterior”, “conservé mi pareja, la cambié o ya no tengo”; otros del balance personal, más que todo físico y de estudio sentimental, “bajé o gané peso”, “fui más optimista o pesimista”, “me fijé más en mí que en los demás”, “qué aprendí de bueno o malo”, “cuáles fueron mis logros”, “gané alguna medalla, premio o condecoración”…y los propósitos generalmente son los mismos “haré dieta”, “me cuidaré más”, “pensaré más en los demás”, “me esforzaré en mi trabajo”, “conseguiré un trabajo mejor”…no hay propósito que no se haya escuchado antes, desde la intención de encontrar la tan esperada media naranja hasta deshacerse del idiota del trabajo que se ganó el acenso que nos correspondía.

Pero siempre se quedan en palabras, y desde la experiencia personal puedo decir que solo pocos lo logran. Las razones son muchas, pero me atrevería a decir que la principal es porque esos propósitos siempre se quedan en eso, propósitos, notitas mentales que guardamos mientras hacemos la cuenta regresiva para la media noche, y que olvidamos en cuanto nos disponemos a abrazarnos unos a los otros para desearnos prosperidad en el año que recién llegó. Después de haber dicho las palabras no hay enmienda, no hay intención de poner un verdadero esfuerzo físico y mental para cumplir aquello que la proposición plantea, no hay buen cuerpo sin dieta y esfuerzo, no hay más dinero y mejor trabajo sin la verdadera búsqueda y esfuerzo por conseguir algo mejor, no hay pareja si no te decides a conocerte mejor a ti mismo y reconocer aquello que puedas brindar…dejamos todo a la suerte, de preferencia buena, para que las cosas sucedan por algún inesperado acto de magia que, de repente, nos brinda todo aquello que nuestro corazón anhela sin haber reparado en esfuerzo alguno.

Eso no sucede así, al menos no en la vida real, y a menos que se sea el protagonista de una película las cosas no sucederán por arte de magia cuando el guionista decida darle un giro inesperado o afortunado a la situación.

Pensando en estos días descubrí que hay mucho que quiero lograr y hacer, pero también descubrí que muy pocos son los propósitos nuevos, ya que en cada año he deseado las mismas cosas y si hasta el día de  hoy las sigo esperando es porque no he hecho nada para conseguirles. Descubrí además que no es necesario esperar hasta que el año termine para realizar nuevos propósitos, para desear más y ser mejor, para comprometerse consigo mismo a conseguir los banales deseos que nuestro corazón propone día tras día. ¿Por qué no hacerlo en Abril? ¿En enero, octubre, en julio? …posibilidades son infinitas, las fechas, celebraciones y tradiciones no deberían ser el motor para un autoanálisis que de en aquellas cosas que hay por cambiar y aquellas que se desean. No debe dejarse todo al azar, esperando que una fuerza misteriosa se haga cargo por nosotros.

Sufrir el camino es encontrar la meta. Ha sido mi conclusión, y siendo mi último artículo del año en el blog, espero recordarlo a partir del primero de enero para que cada día salga una nueva meta a cumplir.

Feliz año a todos mis lectores, felicidad y buenas vibras en el año que viene. Muchas bendiciones y felicidad para sus familias y amigos.

2 comentarios:

  1. Realmente esta entrada me ha abierto la mente.Siempre esperamos hasta un nuevo año, para renovar una lista de propósitos que no hemos cumplido, y escribir otra comprometiéndose a cumplirla, pero realmente sólo escribimos una lista de cosas que DESEARAMOS que se cumplan, no enforzándonos a hacerlas.

    FELIZ 2012, Y QUE CADA AÑO SEA MUCHO MEJOR QUE EL ANTERIOR!,

    Atte: Una Admiradora de tu DA, Tu Blog, Y Obviamente, De TÍ

    ResponderEliminar
  2. Feliz 2012 que dios bendiga que no valla bien esta año^^

    ResponderEliminar

¡Emoticones para usar! [Sin espacios, ejemplo: :p]

:a : a :b : b :c : c :d : d :e : e :f : f :g : g :h : h :i : i :j : j :k : k :l : l :m : m :n : n :o : o

PUSH